Entender la eutrofización
La eutrofización, inducida por un exceso de nutrientes como el nitrógeno y el fósforo, altera la calidad del agua produciendo florecimientos algales y reduciendo los niveles de oxígeno, lo que supone una grave amenaza para los ecosistemas acuáticos. A continuación examinaremos las principales causas de la eutrofización y la importancia del control de la calidad del agua en tiempo real, especialmente cuando se trata de comprender las condiciones a diferentes profundidades.
Según la ecuación anterior, se puede concluir que el nitrógeno y el fósforo inorgánicos son los principales factores de control de la propagación de las algas, especialmente el fósforo.
Durante una entrevista con nuestro científico del agua, Oscar Alvarado, hablamos del papel fundamental del fósforo en el crecimiento de las algas y de la importancia de controlar la calidad del agua a diferentes profundidades.
¿Podría explicarnos el papel del fósforo en particular y por qué suele ser uno de los principales nutrientes limitantes en la eutrofización de las aguas dulces?
«El fósforo y el nitrógeno son como el combustible de las algas en agua dulce. Suelen encontrarse en pequeñas cantidades, lo que naturalmente mantiene a raya el crecimiento de las algas. Pero cuando llega demasiado fósforo al agua, procedente de fertilizantes, aguas residuales o escorrentías, actúa como un desencadenante, provocando un crecimiento rápido y descontrolado de las algas. Este auge de las algas no sólo enturbia el agua y la hace desagradable, sino que también reduce los niveles de oxígeno, lo que puede perjudicar a los peces y otras formas de vida acuática. En cierto modo, el fósforo es el «eslabón débil» de la cadena de nutrientes, y cuando hay más cantidad, todo se desequilibra».
El proceso de eutrofización
Las actividades humanas, como la urbanización y la agricultura, aceleran enormemente la eutrofización del agua. Los nutrientes que entran en los cuerpos de agua provocan el crecimiento excesivo de plantas y algas, alterando los ecosistemas.
Podemos determinar el grado de eutrofización utilizando una serie de indicadores:
- Niveles de nutrientes: El exceso de nitrógeno y fósforo favorece el crecimiento de algas, alterando el equilibrio ambiental.
- Oxígeno disuelto: Los florecimientos algales causan hipoxia, amenazando a los peces y a la vida acuática.
- Concentración de clorofila-a: Los niveles altos indican la biomasa de algas y la salud del ecosistema.
- Calidad biológica del agua: Las poblaciones de peces reflejan los cambios en el oxígeno y los nutrientes, mostrando la salud del agua.
Costes económicos
La eutrofización degrada la calidad del agua y crea «zonas muertas» que perjudican a los peces. Provoca problemas de agua potable, aumenta las emisiones de gases de efecto invernadero y disminuye el valor cultural de los recursos hídricos. Se calcula que los costos anuales ascienden a 1,000 millones de euros en las aguas costeras europeas y a 2,400 millones de dólares en los lagos y arroyos de Estados Unidos. Aunque persisten los deates sobre si hay que reducir el fósforo, el nitrógeno o ambos, los organismos de gestión se inclinan cada vez más por el doble control de nutrientes. Los nutrientes fluyen a través de los ecosistemas, lo que complica la cuestión. Incluso las reducciones aguas arriba pueden no detener el crecimiento de algas aguas abajo.
Soluciones para la contaminación biológica
Combatir la eutrofización del agua exige una combinación de medidas preventivas y de control exhaustivas. Los gobiernos, las empresas y los particulares deben tomar medidas urgentes para reducir la contaminación por nutrientes. Las estrategias clave involucran el control de las fuentes contaminantes de nutrientes y la restauración de los ecosistemas dañados. Los estudios indican que el control de las fuentes externas de nutrientes no siempre reduce la carga de nutrientes o los florecimientos algales en los cuerpos de agua.
Los lagos suelen responder lentamente al control de nutrientes porque los depósitos almacenan nutrientes a largo plazo, reponiendo continuamente los florecimientos algales e impulsando la eutrofización.
- Restauración de ecosistemas: La restauración de los ecosistemas acuáticos busca recuperar sus funciones biológicas, físicas y químicas. Las estrategias de restauración de los lagos se centran en la reducción del fósforo (P). Esto se consigue atrapándolo y eliminándolo mediante la dosificación de sulfato férrico.
- Los métodos físico-mecánicos, Técnicas como el lavado y el dragado también pueden reducir los niveles de fósforo. Sin embargo, estos métodos alteran los ecosistemas y son temporales. Los niveles de fósforo suelen volver a aumentar tras la intervención.
- La solución inteligente de los ultrasonidos: La tecnología de ultrasonidos ofrece una solución eficaz para controlar la proliferación de algas nocivas sin los inconvenientes de los tratamientos químicos. (1) Las algas se desplazan a la superficie del agua para realizar la fotosíntesis. Los ultrasonidos crean una capa de sonido en la parte superior de la masa de agua. (2) Las ondas ultrasónicas de baja potencia afectan al movimiento vertical de las algas fijándolas en la columna de agua. (3) Sin acceso a la luz solar ni a los nutrientes, las algas se hunden hasta el fondo, donde se descomponen sin liberar toxinas. A diferencia de los productos químicos, los ultrasonidos no descomponen las algas en partículas diminutas que podrían liberar toxinas o contaminar aún más el agua. Este enfoque no invasivo protege los ecosistemas acuáticos y la calidad del agua, por lo que es una opción sostenible para el control de algas a largo plazo.Además, minimiza la necesidad de repetir los tratamientos, ahorrando tiempo y recursos y ofreciendo una ventaja competitiva y respetuosa con el medio ambiente frente a los métodos químicos.