Este artículo se publicó originalmente en weforum.org
- La guerra en Ucrania ha dañado gravemente la infraestructura hídrica, lo que conlleva el riesgo de que se contaminen los suministros de agua y se produzca un colapso ecológico.
- Las asociaciones mundiales, como la Asociación Holandesa para el Agua y la Asociación Público-Privada para el Agua de Ucrania, pueden ayudar a reconstruir el sector hídrico de Ucrania.
- La crisis del agua en Ucrania pone de manifiesto el impacto más amplio de la inestabilidad climática, la infraestructura deficiente y la extracción excesiva en la seguridad del agua.
En Ucrania, el agua es una necesidad y una amenaza creciente. Desde la invasión rusa de 2022, la destrucción de los sistemas de alcantarillado, el colapso de los canales de suministro de agua y el aumento de la contaminación industrial han debilitado la infraestructura del país.
Los daños en los sectores del agua y el riego ascienden ahora a un total estimado de 716,8 millones de dólares, una crisis que trasciende la pérdida financiera para afectar a la supervivencia misma de las comunidades que dependen del agua limpia.
Los datos recientes del informe de LG Sonic sobre la calidad del agua en la región, Troubled Waters: The Alarming Decline of Water Quality in Ukraine’s Dnieper Reservoirs, subrayan la gravedad de la situación.
Riesgo de colapso ecológico
Al comparar los niveles de clorofila a y ficocianina, dos indicadores directos de la salud acuática, en los cinco embalses que componen la cascada del Dniéper, el informe reveló tendencias alarmantes.
Entre 2021 y 2023, LG Sonic observó fluctuaciones significativas en las concentraciones de clorofila en los distintos cuerpos de agua y reveló que los niveles de ficocianina superaron sistemáticamente el estándar de la Organización Mundial de la Salud de 30 microgramos/litro durante el mismo período.
Estos aumentos en la actividad de las algas subrayan la necesidad de una acción proactiva para restaurar y salvaguardar los ecosistemas de agua dulce de Ucrania, ya que la proliferación persistente de algas indica una disminución de la calidad del agua, mayores riesgos de toxicidad y la posibilidad de un colapso ecológico a largo plazo si no se toman medidas.
La crisis de Ucrania no es una anomalía, es una advertencia. En todo el mundo, la deficiente infraestructura hídrica, la inestabilidad climática y la extracción excesiva de aguas subterráneas han dejado a 4000 millones de personasenfrentando un grave estrés hídrico cada año.
Salvaguardar la seguridad del agua
En esta realidad, observamos uno de los desafíos globales más significativos de nuestro tiempo: ¿cómo salvaguardamos la seguridad del agua?
El futuro presenta tres caminos a seguir.
- Mantenemos el status quo, reparando las fugas en infraestructuras críticas con fondos insuficientes y dando prioridad a las ganancias económicas a corto plazo en lugar de invertir en soluciones a largo plazo, una opción que deja a millones de personas vulnerables al empeoramiento de la escasez de agua.
- Redoblamos la apuesta por soluciones de alta tecnología como la desalinización, que ya es un salvavidas para las naciones con escasez de agua, pero que sigue siendo de alto consumo energético e inaccesible para los países que no pueden hacer frente al capital necesario.
- Consolidamos una solución que se centra en la colaboración internacional y en una mentalidad firme y progresista en materia de clima.
La tercera vía es la más prometedora.
Mirando a los Países Bajos en busca de orientación
La Asociación del Agua de los Países Bajos nos presenta un plan de acción a seguir. Es la mayor red de agua de los Países Bajos, centrada en la cooperación transnacional público-privada para resolver problemas hídricos globales.
En 2023, puso en marcha la Asociación Público-Privada del Agua de Ucrania (UWP3) para evaluar, analizar y abordar la cuestión de la reconstrucción del sector del agua de Ucrania mediante el intercambio de recursos y las asociaciones estratégicas para proyectos.
Una de las primeras evaluaciones de la calidad del agua de Ucrania provino de LG Sonic, miembro de la iniciativa. Las conclusiones del informe Troubled Waters señalan una creciente presión medioambiental en los principales recursos de agua dulce del país y exigen una intervención global coordinada.
Aquí es donde iniciativas como UWP3 desempeñan un papel crucial. Al combinar la experiencia internacional, la tecnología avanzada de monitoreo del agua, como el perfilado vertical de LG Sonic, y el intercambio de recursos, UWP3 sienta las bases para la gestión sostenible del agua en Ucrania.
La Asociación Holandesa para el Agua, a través de sus programas mundiales de agua, ya ha facilitado esfuerzos de restauración del agua a gran escala en otras regiones afectadas por crisis, como Bangladesh, Egipto y Mozambique.
Aplicar este modelo al sector del agua de Ucrania no es solo una cuestión de recuperación nacional, sino una oportunidad para establecer un nuevo estándar global de seguridad y resiliencia hídricas tras los conflictos.
Nuestra respuesta a la crisis de Ucrania sentará un precedente sobre cómo el mundo gestionará la seguridad hídrica en futuros conflictos y desastres climáticos.
— Yousef Yousef, director ejecutivo de LG Sonic
En apoyo de la colaboración internacional
El modelo funciona porque se centra en la idea fundamental de que la calidad del agua nos afecta a todos: su protección requiere una respuesta tan interconectada como las propias cuencas hidrográficas.
Como demuestra la crisis de Ucrania, la inseguridad hídrica es a menudo la primera y más devastadora víctima de los conflictos y el cambio climático. La cuestión no es si el mundo debe responder, sino si responderemos a tiempo para evitar daños irreversibles.
Debemos orientar nuestras conversaciones y dar forma a nuestras soluciones en consonancia con los temas de «reconstruir la confianza» y «salvaguardar el planeta». Esto va más allá de las infraestructuras. Se trata de confianza: en las instituciones, en las asociaciones multilaterales y en nuestra capacidad colectiva para resolver los desafíos globales.
Nuestra respuesta a la crisis de Ucrania sentará un precedente sobre cómo el mundo gestiona la seguridad del agua en futuros conflictos y desastres climáticos. Así que la elección es clara: actuar ahora o pagar más tarde, con vidas humanas, ecosistemas y estabilidad económica en juego.
En pocas palabras, nuestra agua no puede esperar, y nosotros tampoco.