Se estima que el agua utilizada por entre 48 millones de estadounidenses se obtiene de lagos y embalses que ocasionalmente pueden contener toxinas de algas. Si bien los procesos de tratamiento de aguas generalmente son capaces de eliminar estas toxinas, no todas las instalaciones de tratamiento son capaces de eliminar la totalidad de estos compuestos dañinos.
Las posibles consecuencias de esta contaminación son la degradación de la calidad del agua, una amenaza a la salud pública, la interrupción el funcionamiento de las plantas de tratamiento o inclusive su cierre.
Esto ocurrió en 2014, cuando los casi 500.000 habitantes de Toledo, Ohio, no pudieron beber, cocinar ni bañarse durante casi tres días debido a la contaminación por toxinas de algas en el lago Erie.
A medida que aumentan las temperaturas, también se incrementan los casos de estas floraciones y su gravedad.
#1: Conozca su lago en detalle
Los lagos varían en su profundidad, en la extensión de su superficie, y además pueden estar ubicados en diversas elevaciones sobre el nivel del mar. Además, la química de los lagos se ve afectada por procesos biológicos, geológicos y humanos.
Otros factores que afecta las características del agua son las condiciones climáticas. Por ejemplo, la luz y el viento influyen en las temperaturas en las tres capas principales de los lagos. Estas temperaturas varían en cada estación y, naturalmente, la capa superior se vuelve más cálida durante el verano.
A medida que pasan las estaciones, también varían los nutrientes presentes en el agua. Durante los meses más cálidos, las temperaturas más elevadas producen un incremento de la concentración total de fósforo.
El fósforo es un elemento esencial y natural del agua que sostiene la vida acuática. Sin embargo, el exceso de fósforo crea condiciones eutróficas que fomentan el crecimiento y propagación de las floraciones de algas azul-verdosas.
Las algas aparecen en muchas formas y colores diferentes. No todas son dañinas. El tipo que representa una amenaza son las algas verdiazules (también conocidas como cianobacterias).
Estos parámetros esenciales incluyen: temperatura, pH y oxígeno disuelto (OD).
#2: Mantenga tu lago saludable
La calidad del agua de los lagos depende en gran medida de la salud general de su vida acuática. El zooplancton, los peces, plantas y bacterias, todos ellos absorben OD para vivir.
Una forma natural de mantener la salud de un ecosistema lacustre es asegurarse de que su vida acuática prospere. Para ello es absolutamente necesario vigilar de cerca los niveles de OD.
Las criaturas acuáticas también se alimentan de nitrógeno y fósforo, dos de los nutrientes más importantes que hay en los lagos. Luego, otros organismos se alimentan de estas plantas y algas, formando así un ecosistema acuático equilibrado.
Regular la disponibilidad de nutrientes
El fósforo puede ingresar a la masa de agua de varias formas. Es un nutriente común en los fertilizantes agrícolas, el estiércol y los desechos orgánicos, y estos son elementos que frecuentemente llegan a las masas de agua y las contaminan.
En otros casos, los sedimentos liberan fósforo a las capas del lago, degradando la calidad del agua y estimulando la eutrofización.
Un método para controlar la entrada de fósforo consiste en cultivar de plantas alrededor del lago. Estas plantas deben ser nativas del entorno.
Comience a considerar formas de mantener niveles óptimos de OD y limitar de forma natural el ingreso excesivo de nutrientes al agua.
# 3: Comience a recopilar datos en tiempo real
Es imposible administrar correctamente un depósito de agua si no se mide. Se pueden realizar muestreos y análisis de rutina con boyas en el lugar, realizar perfiles verticales y utilizar imágenes de satélite.
En todo caso, no se debe confiar exclusivamente en el muestreo manual, ya este método de medición no siempre representa lo que ocurre en toda la masa de agua.
Tenga en cuenta que las características del agua varían de una medición a la siguiente, de un día a otro, a lo largo de las estaciones, etc.
Por el contrario, los datos en tiempo real ofrecen una imagen precisa de lo que sucede bajo el agua, haciendo que esté disponible en la web en cualquier momento. Es valioso poder «tomar el pulso» del lago cuando resulte conveniente; esto permite una mejor toma de decisiones y tomar medidas preventivas a tiempo.
En resumen: todo tratamiento exitoso comienza con comprender la química del lago, sus características y necesidades únicas. Mantenga equilibrados los niveles de oxígeno disuelto para permitir que prospere la vida acuática. Comience a medir los parámetros clave de agua y algas en tiempo real.
Al final de cuentas, la estrategia más eficaz a largo plazo para mitigar los riesgos relacionados con las algas es basarse en datos e información para pronosticar los riesgos más efectivamente.